En marzo de 1963, la Ford Motor Company decidió adentrarse en el mundo de las carreras, concretamente en el de los coches deportivos de larga distancia. El objetivo era la carrera más prestigiosa de esta serie, las 24 horas de Le Mans. El 1 de abril de ese mismo año se presentó al mundo el primer prototipo de Ford GT.

No fue hasta 1966 que la fábrica FAV (Ford Advanced Vehicles) en Slough desarrolló el Mk1 GT40 de producción bajo la dirección de John Wyer. Este ejemplo es uno de los 30 GT40 Mk1 con especificaciones de carretera que salieron de la fábrica y es único en su color original, el verde Warwick.

El chasis P/1057 fue enviado al mercado estadounidense el 23 de diciembre de 1966; no sin antes ser fotografiado en una imagen icónica con otros 7 coches de carretera Mk1 también destinados a América.

Este ejemplar tiene una historia excepcional, ya que fue vendido por el propio Carroll Shelby en 1967 a su primer propietario para pasar posteriormente por las manos de algunas de las colecciones más destacadas del mundo.

El Ford GT40 es uno de los coches más emblemáticos de todos los tiempos, tanto dentro como fuera de la pista. Con su color original único y su condición de número coincidente, el chasis P/1057 es posiblemente uno de los mejores ejemplos que existen y sería la adición perfecta a cualquier colección.